sábado, 19 de mayo de 2012

Capítulo IV - "Beauty and the Best"


Beauty and the Beast - music


Apartamento de Callie y Arizona
6:50 p.m.


Afortunadamente para ambas, el día fue tranquilo en el Hospital, Callie salió antes que Arizona, porque tenía que reunirse con alguien, antes de marcharse a casa. Cuando Arizona, en la cafetería le preguntó a Callie,  quien era ese alguien con cierto tono de picardía y mucha curiosidad, Callie le respondió que eso era parte de la sorpresa y que ya se enteraría al llegar a casa.

Aproximadamente a las 7:00 de la noche, Arizona se acercó sigilosamente a la puerta de su apartamento, donde suponía Callie la estaba esperando para darle su sorpresa de cumpleaños. Pegó el oído a la puerta, a fin de captar si una tropa de gente estaba allí para recibirla como en aquel cumpleaños, aguzó el oído, pero nada, no se escuchaba ni el más leve de los sonidos. Intrigada, introdujo lentamente la llave en la cerradura de la puerta y la abrió poco a poco asomando su cabeza.

Al entrar, la escena que observó la hizo sonreir. Callie estaba vestida con una franela insinuante, casi transparente, sus hombros al descubierto, debajo de la franela un top negro con tirantes, tenía puesta una mini falta que mostraba los muslos de sus hermosas piernas y unas botas de cuero que le llegaban por encima de las rodillas. Se veía simplemente espectacular, hermosa, sexy, provocativa, completaba el cuadro el mismo sombrero rojo que ella se había puesto en la cabeza en aquel primer cumpleaños, sólo que más pequeñito, porque quien lo tenía colocado en la cabeza era Sofía, a quien Callie tenía cargada en su regazo.

En el mismo instante en que Callie vio a Arizona entrar al apartamento, tomó un pito, que esta vez sí funcionó, lo sopló dos veces y luego con una sonrisa espectacular en su rostro le dijo:

-¡¡¡Sorpresa!!!

Arizona mostró su sonrisa, sus hoyuelos con todo su esplendor y cuando Arizona comenzó a acercarse, Callie le hizo un gesto con la mano para que no avanzara más, Arizona obedeció, Callie bajó a Sofía al suelo poniendo delicadamente sus pies en el piso, se agacho y le susurro algo en el oído a su hija, que Arizona no pudo distinguir. Sofía, con pasos inseguros pero de frente, fue caminando hacia Arizona, con un sobre blanco en su mano, cuando llegó cerca de su mamá, subió los bracitos hacia ella y le dijo en español: -Feliz Cumpeados, mamy. Arizona con lágrimas de emoción en sus hermosos ojos azules, bajó sus brazos para cargar a Sofía y darle un sonoro beso en la mejilla y le dijo: -Gracias mi amor, te amo, luego agregó viendo el sobre que la niña tenía agarrado en su manito:

-¿Y eso qué es mi vida, es para mí?, Sofía le contestó: -Ti, es pa´tu. Arizona tomó el sobre y le dijo: -Gracias mi princesita, ahora vamos a ver qué es esto, mientras se sentaba en el sofá y depositaba suavemente a Sofía sobre sus piernas.

Antes de abrir el sobre, Arizona levantó la vista hacía Callie, quien estaba extasiada con una sonrisa de oreja a oreja, expectante ante la inminente apertura del sobre que Arizona tenía en sus manos. Arizona lo abrió y sacó lo que parecía ser una especie de documento notariado, en la parte de atrás, aparecían las firmas de Callie y de Mark Sloan. Arizona, intrigada, comenzó a leerlo y de pronto Callie observó como su rostro se iluminó de la emoción. El documento que Arizona tenía en sus manos y que lo había recibido directamente de manos de Sofía, no era otra cosa que aquel en el cual se declaraba formalmente a Arizona Robbins como su tutora legal, la cual se haría efectiva inmediatamente después que Arizona firmara el documento.

Pocas veces en su vida, Callie había visto a Arizona tan emocionada, sorprendida y feliz al mismo tiempo. Al ver la emoción de Arizona, finalmente Callie se acercó a ella, tomó a Sofía en sus brazos y le entregó un bolígrafo, mientras le decía:

-Amor, tu firma es lo único que hace falta para que Sofía sea, legalmente…  tu hija.

Arizona, emocionada hasta el extremo, le preguntó a Callie ansiosa -¿Dónde firmo, dónde firmo?, Callie le contestó,

-En la parte de atrás, justo entre las firmas de Mark y la mía. Arizona colocó el papel encima de la mesita de centro, buscó donde iba a firmar y emocionadísima firmo el documento, luego con aire triunfal, levantó ambos brazos en señal de victoria y gritó ¡¡¡YAYYYYYY!!!. Arizona estaba sentada, literalmente saltando en el sofá. Luego se paró y abrazó a Callie y a Sofía, le dio un beso a Sofía en la mejilla y luego beso a Callie en los labios, separó un poco los labios y le dijo a Callie mirándola a los ojos: -Gracias mi vida, Te amo, no sólo por haberme dado este hermoso regalo, sino por la forma en que lo hiciste, significa mucho para mí haberlo recibido directamente de las manitos de Sofía, ella no se da cuenta todavía qué me está entregando, pero entiendo perfectamente tu intensión al querer que fuera ella quien me lo diera, fue un gesto hermoso de tu parte, Gracias Mi Amor, Te amo más, ya no más cada día, sino cada minuto que pasa.

Ambas tenían los ojos llenos de lágrimas y para sellar ese bello momento, se besaron tiernamente por un largo rato. Unos minutos después, Callie colocó a Sofía en los brazos de Arizona, mientras le decía: -Bueno amor, aquí te entrego a tu hija, voy a servir la cena, porque aunque usted no lo crea, las sorpresas aún no terminan.

Arizona sonrió y puso una genuina cara de sorpresa: -¿Qué todavía hay más?. Tú como que quieres que me de un infarto con tantas emociones juntas, agregó en tono de broma.

Callie le contestó: -Nada de infartos, pero si quiero seguir provocando latidos y latidos en su corazón más y más fuertes, porque sé que con cada latido usted me quiere un poco más.

Arizona amplió aún más ya su enorme sonrisa y le contestó: -Oh, eso es total y absolutamente cierto. Esta mañana pensé que con alguien como tú el cielo es el límite, pero no, contigo no hay límites, contigo, mi amor sólo puede ir hacia el infinito y más allá.

Callie, al escuchar eso, arqueó su codo para poner su antebrazo en posición horizontal con la palma hacia arriba y el puño medianamente cerrado, y en una expresión triunfal lo movió hacia atrás tres veces, mientras pronunciaba simultáneamente con cada movimiento: -¡¡¡Yes, yes, yes!!!

Obviamente Arizona se rió sonoramente, cuando vio a su esposa celebrando sus palabras, parecía un manager de baseball celebrando un home run con las bases llenas

Luego de cenar la comida espectacular y deliciosa que Callie había preparado para la ocasión, ella sirvió unas copas de vino para ambas, buscó el control remoto del televisor y colocó una película en el DVD, se sentó e invitó a Arizona a sentarse  a su lado, ella obedeció y Arizona colocó a Sofía sobre sus piernas. Callie pasó un brazo sobre el cuello de Arizona, quien a su vez recostó su cabeza en el hombro de Callie, la escena era sin duda absolutamente conmovedora: revelaba la bella y hermosa familia que habían formado ellas tres.

Callie entonces le dijo a Arizona, -Esta película que vamos a ver a continuación es una de las preferidas de Sofía y tengo que confesarte que es una de mis preferidas también…

Arizona la interrumpió y le dijo: -Si te refieres a “The Beauty and the Beast”, debo confesarte que también es mi película preferida, nunca me cansaré de verla.

-Genial, dijo Callie, es justo la que vamos a ver.

Las tres disfrutaron muchísimo la película, y una vez que concluyó, cuando Belle besó a la Bestia, salvándole la vida y convirtiéndolo en un apuesto príncipe, Callie notó que Sofía estaba bostezando, así que le dijo a Arizona: -¿Qué te parece si acostamos a nuestra hija?, haciendo énfasis en las dos últimas palabras y agrego: -aún me queda un regalo para darte, mejor dicho dos…

Arizona sonrió y le dijo -¿Dos más?, Waooo

Callie le contestó, con su enorme sonrisa: -Pues si…para demostrarte lo que siento por ti... hasta el infinito y más allá.

Arizona volvió a sonreir, Callie tomó a Sofía en sus brazos y se la llevó cargada hacia su habitación escoltada por Arizona, mientras caminaban hacia allá, Callie iba cantándole a Sofía el tema de la película, y era más que notorio que en ese corto camino tanto Sofía como Arizona estaban extasiadas oyendo a Callie cantar esa hermosa canción con su maravillosa voz. Una vez que llegaron a la camita de Sofía, ambas al mismo tiempo le dieron un beso en la mejilla, Sofía se rió divertida por el beso doble simultáneo recibido de sus dos mamis.

Callie la acostó en su camita y siguió cantando la canción hasta que Sofía se quedó dormida. Ambas salieron abrazadas de la habitación y se sentaron nuevamente en el sofá, conservando la misma posición que tenían antes, es decir, la cabeza de Arizona sobre los hombros de Callie y los brazos de Callie alrededor del cuello de Arizona. Luego que estuvieron así unos minutos más mientras tomaban unos cuantos sorbos de vino, Callie tomó de la mesa una caja pequeña, bellamente envuelta en un papel de regalo que tenía la imagen de la Bella y la Bestia bailando en aquella noche mágica. Miró a Arizona a los ojos y con un gesto dulce, le ofreció la caja a ella, al mismo tiempo que le decía: -¡Feliz Cumpleaños, Mi Amor!

Arizona muy emocionada, abrió el regalo y la caja, al hacerlo, encontró en el interior una tarjeta de cumpleaños y tres pulseras de oro, en la parte frontal estaban grabados los nombres de cada una de ellas, en la primera estaba grabado “Arizona”, en la segunda “Calliope” y en la tercera “Sofía”, pero en la parte de atrás,  las tres tenían la misma inscripción grabada con una frase en inglés: “Beauty and the Best”, Arizona colocó las tres pulseras en la palma de su mano y le dijo a Callie, un poco intrigada, -Las pulseras tienen grabadas la frase “Beauty and the Best”, ¿no deberían decir, más bien “Beauty and the Beast”?.

Callie estaba esperando esa pregunta y le contestó: -No cariño, están correctamente escritas, lee la tarjeta y verás por qué, pero antes permíteme colocarte la pulsera…

Así lo hizo y Arizona le colocó a Callie la suya.

Luego, Arizona, abrió la tarjeta y comenzó a leerla:

“You´re in my life, the beauty and the best thing that ever happened to me, since I was born, you are my B&B”

 (Tu eres en mi vida, la belleza y lo mejor que me ha pasado desde el día en que nací, tu eres mi B&B).

La tarjeta continuaba así:

Antes de conocerte, antes de aquél primer beso, antes de ti, yo me sentía como la bestia de la película, me habían traicionado, me habían abandonado y lo único que recibí de las personas que quise y que se supone, deberían haberme querido fue una gran dosis de humillación. Eso me hizo más pequeña. Sin darme cuenta, perdí la confianza en mí misma y en los demás, me costaba volver a creer en el amor y mucho más pensar que alguien me pudiera amar realmente, sin condiciones…

Pero un día llegaste a mí y me besaste;  otro día, un día de tu cumpleaños, tal como hoy, me dijiste por primera vez “Te Amo”, algo que yo sentía por ti desde hacía tiempo, pero no me atrevía a decirlo, por miedo a estar enamorada sola (de nuevo).

Pasó algún tiempo y me preguntaste, en qué eras diferente a aquellas personas que yo había tenido antes en mi vida, nunca te respondí, y cuando te marchaste a África, la verdad, sentí que ya no había diferencia, porque todas esas personas me habían abandonado, al igual que tú lo habías hecho, pero fuiste tú quien marcó la diferencia, porque si bien es cierto que todos ustedes se habían ido de mi vida, tú fuiste la única que regresó y me demostraste de mil maneras diferentes que realmente me amabas, haciendo enormes sacrificios para permanecer a mi lado,  incluso con algunos de tus sueños…rotos.., pero te quedaste…

Y cuando creímos que podíamos tener un futuro, la vida nos dio un golpe, que casi acaba con mi existencia, con nuestra esperanza de permanecer juntas, con la vida de nuestra hija y hasta con tus sueños rotos…

Si la vida me hubiera dado un golpe como ese antes de conocerte, creo que no hubiera valido la pena, pero a pesar de todo, sentí que contigo si tenía un futuro y luché y luché y luché, y decidí vivir por ti y para ti…

Así es Amor Mío, antes de ti, yo me sentía como esa bestia, sola, sin esperanzas, pero tú con ese beso, con tu amor y hasta con tus sacrificios, me salvaste la vida, me transformaste en una princesa y cuando me di cuenta, comprendí que ya no había razones para seguir desconfiando, y entonces ocurrió la verdadera transformación: Por primera vez en mi vida, quise entregarme en cuerpo y alma a otro ser humano, sin miedos, sin temores y desde ese día soy, no sólo una mejor persona, sino también la persona más feliz sobre la faz de la tierra…

… y todo fue por un beso, un “te amo” y un regreso, eso cambió mi vida para siempre.

Gracias a ti, por primera vez en mi vida, puedo decirle a alguien TE AMO, sin el temor de que el silencio sea la respuesta.

Por todas esas cosas, eres tú y solamente tú mí verdadera y eterna:

“Beauty and the Best”

…Con todo mi amor,

Callie




Cuando Arizona terminó de leer la tarjeta que su esposa había escrito, estaba literalmente paralizada, era como si Callie hubiera tomado su alma y la hubiera vaciado en esa tarjeta, allí estaba plasmada toda su historia, toda su vida, todos sus temores, todos sus fracasos y todos sus triunfos, todos sus sueños y allí estaba declarado y demostrado por qué: todo lo bonito en su vida, lo mejor de su vida se resumía en una sola persona: Arizona Robbins

Esa tarjeta era sin duda, la más hermosa, la más autentica, la más gloriosa declaración de amor y devoción que Arizona hubiera visto en toda su vida, y el hecho de ser la receptora de todo ese amor, le llenó el alma de una emoción que simplemente no podía describir con palabras.

Finalmente Arizona levantó la mirada para encontrarse con la mirada de Callie, y aún bajo el impacto de todo lo que decía esa tarjeta, sin decir una palabra, se aferró a su cuello con toda su fuerza y la abrazó como nunca la había abrazado antes, como si su vida dependiera de ello.

Callie hizo exactamente lo mismo, la abrazó con todas su fuerzas.

Un rato después, se vieron a los ojos, y sin decir una palabra se besaron desesperadamente, como si fuera la última vez que fueran a estar juntas. Se comenzaron a desvestir rápidamente y cuando estaban desnudas, Callie levantó a Arizona, y mientras Arizona envolvió sus piernas alrededor de las caderas de Callie,  ella se la llevó a la habitación sin romper la secuencia de besos apasionados que estaban dándose la una a la otra.

Callie se acostó encima de Arizona, y comenzó a besarla en el cuello, en los senos, pero de un momento a otro, Arizona propició un giro con su cuerpo que le hizo invertir las posiciones. Arizona estaba ahora encima de Callie, Arizona sentía un torbellino de emociones y sentimientos que la incitaban a besar a Callie locamente por todo su cuerpo: boca, cuello, senos, estómago, Arizona no sólo sentía su cuerpo excitado, sentía su alma excitada, era la sensación que había compartido con Callie la mañana de ese día pero elevado a la máxima potencia y  entre besos y caricias desesperadas, Arizona de pronto lo entendió, quería hacerle el amor a Callie, no sólo a su cuerpo, quería, necesitaba desesperadamente hacerle el amor a su alma, quería literalmente llevar a Callie hasta el infinito y más allá.

Callie no luchó más por tener el control, estaba simplemente extasiada por las emociones desbordadas de Arizona y se dejó llevar, se entregó para que Arizona hiciera con ella lo que quisiera.

Así que Callie, entre gemidos tomó por un momento la cara de Arizona entre sus manos, sólo para decirle mirándola a los ojos: -Mi amor, soy tuya, soy tuya, y ahora, aquí y ahora quiero, necesito entregarme a ti, soy tuya y siempre lo seré.

Arizona emitió un gemido gutural, esas eran las palabras que Arizona siempre quiso escuchar, y ahora que su Callie las había pronunciado Arizona sabía lo que tenía que hacer: comenzó a besar su cuello, por detrás de las orejas, sus pezones, el estomago, la parte interior de los muslos y finalmente llegó a su destino, puso su lengua en el clítoris de Callie y comenzó a moverla con frenesí, y al mismo tiempo uso dos dedos para introducirlos rítmicamente por la abertura de Callie, quien con cada beso, con cada caricia y con todo lo que Arizona estaba haciéndole estaba excitada como nunca había estado en toda su vida, era algo así como un concierto de gemidos, todo su cuerpo vibraba, se estremecía y temblaba sin control. Callie no quería que ese momento acabara nunca, pero era imposible mantenerlo por más tiempo, Callie sintió como una vorágine de sensaciones se concentraban en su centro y temblando como nunca, incontrolablemente, sintió el climax más potente que jamás había experimentado en toda su vida.

Ambas mujeres estaban exhaustas, respirando con dificultad, la misma Arizona no podía moverse, había tenido dos orgasmos mientras le hacía el amor a Callie, ambas quedaron inmóviles por un rato, cuando Arizona se recuperó un poco, subió hasta colocar sus rostro frente al de Callie y mirándola a los ojos sintiendo el amor más intenso que jamás había percibido en su alma, le dijo a Callie:

-Amor mío, Te Amo, eres y siempre serás el amor de mi vida. Gracias por entregarte a mí, y con lágrimas de felicidad corriendo por sus mejillas le dió a Callie el beso más dulce y más profundo, el beso que el gran amor de su vida se merecía, el beso que su Callie se había ganado por su entrega, por ser la más maravillosa e increíble mujer que Arizona había conocido en toda su vida.

Para Callie todo estaba dicho, así que lo único que podía agregar en este momento perfecto y único fue:

-Feliz Cumpleaños amor de mi vida, espero que te haya gustado el regalo más valioso que pude ofrecerte.

Arizona supe de inmediato a que se refería Callie con esas palabras y fue hermoso escucharla, porque después de los momentos de pasión cuando Callie le dijo que era de ella, en este instante que los sentimientos se volvían a imponer, Callie estaba aceptando que hablaba en serio, que realmente se había entregado a Arizona en cuerpo y alma.

Así que Arizona le contestó: -Te juro que jamás me habían otorgado un regalo tan valioso, y también te juro que no me va a alcanzar esta vida para amarte y cuidarte como tú te lo mereces. Te Amo, siempre te he amado y siempre te amaré.

Se besaron nuevamente, Callie estaba acostada boca arriba y Arizona colocó su cabeza sobre el pecho de Callie justo sobre su corazón, podía escuchar sus latidos. Callie, puso su mano izquierda sobre sus rizos rubios y comenzó a acariciarlos aleatoriamente masajeando lentamente la cabeza con la punta de sus dedos.

Poco a poco el sueño las fue venciendo, y se quedaron dormidas en un estado de absoluta felicidad, paz y sosiego.


Esta historia continuará...