Apartamento
de Callie y Arizona
Seattle
9:20 p.m.
Tal como Arizona había previsto la operación fue muy
difícil, hubo varios momentos de crisis donde la niña estuvo al borde del
colapso, pero Arizona hizo acopio de todas sus habilidades como cirujano y
salvó a la niña, así que Arizona estaba feliz, había sido una diosa con el
escalpelo, o mejor dicho, un ser humano que por un momento había tenido el
poder de los dioses con un escalpelo en su mano, recordó Arizona con una
sonrisa, las sabias palabras de Callie.
Ahora sí, rumbo a su casa, a darse un baño, comer un poco
y dormir plácidamente en los brazos de su esposa. Definitivamente, necesitaba
dormir unas horas para reponer el cansancio físico inevitable luego de un turno
doble y extenuante de 32 horas de trabajo agotador. Arizona necesitaba ese
descanso también para algo más, algo muy importante: tener energía para hacer
el amor con su esposa. Por Dios, una de las cosas que más resentía de esos
turnos dobles era que pasaba demasiadas horas sin tener intimidad con Callie,
muchas veces no había oportunidad ni siquiera de tener una pequeña satisfacción
en las habitaciones de guardia. Esta vez había sido así y deseaba con fervor
estar con Callie, pero antes tenía que reponer fuerzas, ducharse, comer y
dormir un poco.
Aunque a veces no podían aguantarse la ganas de estar
juntas después de esos turnos de guardia matadores, Callie y Arizona habían
llegado a un acuerdo tácito de no hacer el amor antes de obtener ese merecido
descanso, porque ambas se habían dado cuenta que en ese estado de cansancio el
sexo no era tan placentero como lo era luego de un pequeño descanso.
Finalmente Arizona abrió la puerta de su apartamento y
lo primero que sintió fue ese aroma agradable proveniente de la cocina, Callie,
tenía muchas, muchísimas habilidades y definitivamente cocinar era una de ellas.
Arizona, saludó a su esposa, diciéndole –Hey, humm huele rico y tengo mucha
hambre, mientras depositaba las llaves y la cartera en la mesita de la entrada,
luego se acercó a Callie para darle un rápido beso en la boca, Callie se
inclinó para responder el beso y le pregunto:
-Cariño ¿Cómo te fue en la operación de la niña?
-Excelente, impresionante, todo resultó muy bien, fue complicado
pero todo salió bien, le contestó
Arizona con una amplia sonrisa.
-Me alegro mucho Cariño, tú eres grande.
Callie le dio otro beso breve en la boca a Arizona y
agregó:
-Amor, estoy terminando de preparar la cena, en una
media hora debe estar lista, como sabía que ibas a llegar pronto, también te
preparé el baño, ya las burbujas, las sales y los aceites están esperando por ti,
le dijo Callie en un tono seductor que
revelaba el deseo ardiente de olvidarse de todo y meterse con su hermosa esposa
en la bañera, pero se contuvo, sabía que Arizona necesitaba un descanso antes
de entrar en modo: “sexo ardiente y apasionado”
Arizona captó todo el torbellino de emociones
encontradas en el rostro y gestos de Callie y se rió divertida –Gracias Mi
Amor, eres un encanto. Voy a darme ese baño, lo necesito.
Arizona entró al baño, se desvistió y entró a la
bañera, agradeciendo la anticipación de Callie al prepararle el baño tal como a
ella le gustaba. En el mismo instante que su cuerpo desnudo se encontró con el
agua caliente aromatizada con sus sales de baño preferidas, un sentimiento de
alivió recorrió todo su cuerpo, el efecto relajante en sus músculos tensos fue
casi inmediato. Permaneció allí una media hora aproximadamente y luego salió
del baño, colocándose sólo una bata de baño corta sobre el cuerpo y una toalla
alrededor de su cabeza para atenuar la humedad de sus cabellos.
Al entrar en la habitación, observó que Callie había
colocado una mesita auxiliar al lado de la cama con la comida recién preparada,
ella ya estaba sentada en la cama, frente al lado de derecho de la mesa
auxiliar, esperando a Arizona para comer juntas.
Arizona se sentó al lado de Callie y le dijo,
sonriendo:
-Waooo, Callie, por un momento pensé que estaba en un
hotel cinco estrellas, con servicio a la habitación y todo. Gracias por
atenderme como si fuera una reina.
Callie le devolvió la sonrisa y le dijo mientras la
besaba en el cuello:
-Es que tú eres una reina, eres la reina de mi vida,
la reina de mi corazón, y… de otras partes de mi cuerpo también, agregó con
malicia, levantando seductoramente su ceja derecha.
Arizona se estremeció, esa mirada, esa voz y el ligero
roce de sus labios en su cuello, eran irresistibles. Arizona puso sus manos a
ambos lados de las mejillas de Callie y atrajo su bello rostro hacia ella, y
ambas compartieron un beso suave, rozando y explorando sus labios dulcemente.
Ambas terminaron el beso de mutuo acuerdo y Callie
agregó con un suspiro:
-Ari, mejor vamos a comer porque no te garantizo que
pueda resistirme mucho más a tus encantos, aunque es lo que estoy tratando de
hacer, porque quiero que descanses antes.
Arizona sonrió nuevamente y le dijo:
-Tienes razón, vamos a comer
Una vez terminada la cena, Arizona se quitó la toalla
de la cabeza y se sentó en la cama para peinarse el cabello, mientras Callie
salió de la habitación con los platos para lavarlos. A los pocos minutos, entró
nuevamente en la habitación y observó que Arizona ya se había colocado una
dormilona corta que la cubría justo lo necesario. En el momento en que subió
una de sus piernas para colocarse las bragas, Callie se acercó a ella y le puso
la mano en la muñeca de Arizona interrumpiendo el movimiento que estaba
haciendo para subirse las bragas.
Arizona, la miró con el seño ligeramente fruncido, en
un gesto entre intrigada y divertida y le dijo a Callie:
-¿Qué? ¿No me ibas a dejar descansar antes?.
Callie, levantando el pie de Arizona ligeramente del
suelo y haciendo un movimiento con la otra mano para retirar la braga y
colocarla fuera del alcance de sus piernas, le dijo en un tono divertido:
-Si te voy a dejar descansar, pero tengo que decirle
algo a “Arizonita” antes de que te duermas, además la he extrañado mucho, tengo
más de 30 horas sin verla, te juro que me voy a portar muy bien.
Arizona soltó una sonora carcajada y mientras se
acostaba en la cama y se colocaba la sábana para arroparse, dijo:
-¡¡¡Arizonita!!! , o sea que ahora mi vagina tiene nombre?
Callie riéndose, le dijo, mientras se acostaba al lado
de Arizona y le daba un besito en la punta de la nariz:
-Pues sí, tiene nombre...
Callie no tenía intensiones de hacerle el amor a su
esposa en ese momento, pero el día siguiente era su cumpleaños y para poder
darle la primera sorpresa que le tenía preparada para felicitarla, era
imperativo que Arizona durmiera sin bragas, de lo contrario se le iba a
complicar un poco su plan. Así que Callie continuó diciéndole a Arizona:
- …se llama ”Arizonita”.
Y sí, tengo que bajar un momento para darle un besito de buenas noches y
decirle algo… ¿Me lo permites?, agregó en un tono divertido.
Arizona aún riéndose por las ocurrencias de Callie, le
dijo:
-Ok, puedes bajar, pero mejor te portas bien porque mi
resistencia hacia ti es casi nula, por más cansada y agotada y somnolienta que
yo pueda estar.
Callie se sonrió e inmediatamente bajó con su cuerpo
colocando su cara justo al frente de “Arizonita” y le dijo en un tono protector
y divertido:
-Hola “Arizonita” ¿Cómo estás? Te he extrañado mucho,
de veras y aún tengo que aguantarme unas siete horas más, por lo menos, antes
de tenerte para mi otra vez, pero se que tu “casera” está muy cansada y
necesita dormir... Arizona soltó otra carcajada ante esa expresión que usó
Callie “casera” para referirse a ella. “Por Dios, pensó, esta esposa mía tiene
demasiada imaginación”. Callie continuó su monólogo a la vagina de Arizona: …-Eso
si, prepárate, porque mañana será un día muy, muy especial y tengo muchas
sorpresas para ti y para ella, dijo, levantando la vista hacia Arizona, quien
la miraba con una mezcla entrañable de ternura y diversión. Callie continuó
hablándole a “Arizonita”: -Ahora te voy a dejar dormir, a ti y a “tu casera”,
sueña conmigo ¿Si?, no con ninguna enfermera, ni con Collen, ni Noelle, ni Nancy,
ni Meg, ni Tia, ni con su hermana, sólo conmigo, ¿Ok?. Luego, Callie le dio un
besito suave y breve a “Arizonita”, provocando
un ligero estremecimiento en Arizona, mientras que Callie hacia acopio de toda
su fuerza de voluntad para resistir la tentación abrumadora de continuar más
allá de sus promesas, incitada por la cercanía tan íntima y la percepción de
los aromas que provenían de ese lugar tan especial y atrayente del cuerpo de su
esposa.
Finalmente Callie subió su cuerpo hacia arriba, y
colocando su codo en la almohada miró a Arizona y le dijo:
-Ufff, eso estuvo cerca, pero mantuve mi promesa, me
costó mucho mantenerla, pero lo hice, todo sea para que usted, mi dulce reina,
pueda dormir un poco y soñar conmigo, antes de… amarte sin descanso…
Arizona suspiró con un aire de deseo en su mirada y con
una sonrisa en sus labios, levantó un poco su cabeza de la almohada para
colocar un tierno beso en los labios de Callie y luego le dijo, mirando directo
a los bellos y expresivos ojos marrones de su esposa:
-Te prometo que voy a soñar solamente contigo, yo sólo
tengo ojos para ti, sólo te deseo a ti, sólo te amo a ti, nunca he amado a
nadie como te amo a ti, tú no tienes rivales, te lo juro, yo…
Callie con una sonrisa pícara, la interrumpió y le
dijo:
-Yo lo sé, yo gané, ellas perdieron.
Arizona se rió y le dijo:
-Gracias Callie, Gracias por confiar en mí, Gracias
por ser así como eres: hermosa, ocurrente, divertida, comprensiva, gracias por
estar allí para mi, para apoyarme y darme ánimo, ah y Gracias por ese dibujito
que pegaste en mi locker, me encantó, agregó cuando un bostezo se dibujo en su
rostro –Te amo, en verdad te amo, le dijo dándole otro beso breve en los
labios, mientras se giraba para colocarse de espaldas en el regazo de Callie,
lo más cerca posible a su cuerpo.
Callie le pasó el brazo sobre la cintura y colocándole
un beso en el cuello, le dijo tiernamente –Yo te amo también, te amo mucho.
A los pocos minutos, Callie se dio cuenta, por el
cambio en la frecuencia respiratoria, que Arizona se había quedado
profundamente dormida.
Callie no tenia tanto sueño como Arizona y en honor a
la verdad su encuentro cercano con “Arizonita”, le había dejado los ánimos un
poco “alborotados”, por así decirlo, también estaba emocionada por el
cumpleaños de Arizona, realmente le tenía preparadas muchas sorpresas que
estaba segura que a ella le iban a encantar, muy diferente a aquél primer
cumpleaños que quiso celebrar con Arizona en el que la sorpresa había resultado
realmente desastrosa, bueno aunque no tanto, porque contra todos los
pronósticos, ese había sido justamente el día en que Arizona le dijo por
primera vez a Callie “Te Amo” y el aniversario de esa confesión era algo que
Callie también quería celebrar.
Callie nunca supo si Arizona entendió en ese momento
lo que una declaración como esa significó para ella. Después de haber
pronunciado esas mismas palabras por primera vez en su vida frente a George
O´Malley, el resultado de su confesión hacia él, había sido poco menos que
humillante, y desde ese momento la humillación fue aumentando hasta terminar en
una traición de su parte; la humillación que Callie sintió cuando ella le dijo
a George que Izzie gustaba de él y ver la cara de deseo en los ojos de su
esposo pensando en Izzie o la escena en la cafetería cuando Izzie pensó que
ella quería pelear a puños por su esposo mientras todo el personal del hospital
la miraba, fue realmente devastadora. Y luego, cuando Erica Hahn la abandonó,
también se sintió humillada en cierta medida, Callie nunca le dijo a Erica que
la amaba, en realidad no la amaba, la relación fue tan fugaz que no dio tiempo
para más, pero lo cierto es que después de la traición de George y el abandono
de Erica, algo se cerró en el corazón de Callie, ella nunca más se atrevería a
tomar la iniciativa en el tema amoroso y mucho menos decirle a alguien de
buenas a primeras “Te Amo” aunque su corazón muriera de ganas por pronunciar
esas palabras. Por eso había sido tan importante y enorme para ella esa
confesión de Arizona, al punto que cuando lo escuchó de sus labios se
sorprendió tanto que tuvo que pedirle una confirmación, y cuando Arizona con
esa enorme dulzura reflejada en todo su rostro y especialmente en su mirada se
lo confirmó, Callie sintió una avalancha de emociones, y se sintió libre para
confesarle a Arizona sus sentimientos hacia ella, diciéndole con absoluta
sinceridad: -“Yo te amo también”.
Callie, a sabiendas de todo lo que ocurrió después en
su vida con Arizona, desde ese primer “Te Amo” hasta el presente, entendía que
ambas tuvieron que recorrer un camino muy largo y accidentado para llegar hasta
donde estaban ahora, casadas y felices, pero no podía dejar de reconocer que
ese primer “Te Amo”, marcó un hito muy importante en su relación con Arizona y
sin duda merecía ser recordado y celebrado como es debido.
Callie recostó su cabeza sobre la almohada y
acariciando el cabello de Arizona, dijo muy bajito, casi con un susurro: -Gracias
por darme dos razones para celebrar mañana, Te Amo… cerró los ojos y también se
quedó dormida.
Esta hitoria continuará...
Esta hitoria continuará...
ai me izo llorar io tamen la konprendo pase por eso pero la vida sigue y kuando kae una estrella en el kmino te das kuenta k es una ilusion para ti y una luz k ilumine tu vida gracias por kompartirr mua besotes
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