Aproximadamente a las 8:00
a.m. Arizona despertó, fue un sueño en general bastante tranquilo, con algunas
excepciones de agitación en las que creyó tener algunos sueños no muy
agradables, sin embargo, no los recordaba. Pero ahora lo importante, no era lo
que soñaba o dejaba de soñar, ahora lo importante estaba allí sobre su hombro,
roncando muy suavemente. Arizona, más feliz que una lombriz, le dio un beso en
la frente a su esposa y la abrazó con fuerza.
Callie sintió el fuerte
abrazo y despertó, en cuanto abrió los ojos miró a Arizona y una mirada de
alivio y felicidad se reflejó en su rostro junto a su más gloriosa sonrisa,
mientras decía: -Oh, Dios ¡que alivio!
-¿Qué cosa?, le preguntó
Arizona, aunque ya casi sabia la respuesta
Callie le respondió:
-Despertarme y al abrir los ojos ver a la persona que más amo en la vida
mirándome. Ambas mujeres sonrieron.
Callie buscó los labios de
Arizona, casi con un roce inició un beso tierno, dulce al que Arizona respondió
con igual ternura. Una secuencia de besos cálidos se alternaban con miradas
llenas de adoración entre ambas, y llegó el momento: donde las palabras sobran,
porque valen más los gestos, las miradas… las caricias. Callie posó su mano
sobre el vientre de Arizona y lentamente comenzó su recorrido hacia su centro,
iniciando una secuencia de suaves caricias sobre el clítoris palpitante.
Arizona arqueo su espalda ante el esperado contacto y gimiendo de placer buscó
con su mano el centro de Callie, para acariciar su clítoris logrando el mismo efecto
de placer en ella. En medio de besos
cálidos y miradas desbordantes de amor, mientras gemían y rozaban sus labios
con la respiración entrecortada, se encontraron frente a frente con ese amor
que todo lo consume, ese que es más poderoso incluso que la pasión o la lujuria,
el amor en su estado puro. Al final ambas obtuvieron su recompensa, pero no sólo
en lo físico sino también en lo espiritual, habían hecho el amor, con todas sus
letras, con todo su significado. Así que junto con los últimos gemidos del
éxtasis alcanzado, más que evidente por la humedad desbordante de sus centros
de placer, también sus ojos se humedecieron, las lágrimas de felicidad eran la
prueba de que sus almas también obtuvieron su recompensa. Finalmente se
abrazaron sollozando, ambas sabían sin decirlo que estaban celebrando,
inmensamente felices por estar juntas otra vez, por la inmensa dicha de tenerse
la una a la otra en este nuevo amanecer.
Y luego, sin premeditación
ni ensayos, mirándose a los ojos, ambas se dijeron al mismo tiempo en español: -Te
Amo, la coincidencia hizo brotar una genuina sonrisa en sus rostros, luego
Callie comenzó a bromear, picoteando de besos el cuello de Arizona y haciéndole
cosquillas, hasta que las sonrisas de ambas se convirtieron en carcajadas.
Aprovechando el excelente
estado de ánimo, Callie le dijo a Arizona:
-Ari, yo sé que soy la
cocinera oficial pero hoy me encantaría comer ese desayuno continental que tu
preparas tan bien, tengo hambre,
mucha hambre, dijo burlonamente Callie, sabiendo que unas tostadas con
mermelada y mantequilla y un poco de café le quedan bien hasta a Cristina,
quien aún cree que el único artefacto útil en la cocina es el horno microondas.
Arizona captó el tono burlón en la voz de Callie y le dijo riendo:
-Si no tuvieras esa venda
en la cabeza y esa herida en tu trasero, en lugar de tu “desayuno continental”,
te daría un coscorrón y una nalgada.
Callie le contestó,
sonriendo: -Si no aprovecho ahora, justo ahora que estoy medio abollada, jamás
voy a tener otra oportunidad mejor para meterme con tu plato “exclusivo” y ya sabes por qué es “exclusivo” ¿verdad?
-Sí, le dijo riendo
Arizona mientras se paraba de la cama, -porque es el “único desayuno” que sé
hacer ¿no?
Callie se rió a carcajadas
otra vez y Arizona fingiendo una molestia que obviamente no sentía, le tiró a
Callie un peluche de Sofía que estaba sobre el gavetero, mientras entraba al
baño.
Arizona salió del baño y
se dirigió hacia la puerta de la habitación rumbo a la cocina, antes de salir
le hizo una mueca infantil a Callie sacándole la lengua, pero Callie cambió su
mirada a una expresión de amor y le dijo a Arizona tirándole un beso al aire:
-Te amo. Arizona cambió también su mirada y le contestó: -Yo también… y mucho.
Arizona salió sonriendo rumbo a la cocina, feliz, increíblemente feliz,
dispuesta a prepararle a Callie “su exclusivo” desayuno continental.
Mientras Arizona estaba en
la cocina, su teléfono celular repicó, era el Sub-comisario Cooper, Arizona
contestó:
-Buenos días Oficial
Cooper
-Buenos días Dra. Robbins,
la estoy llamando para saber si puedo pasar por su apartamento ahora, necesito
retirar los equipos de rastreo que instalamos en su apartamento y de ser
posible, tomarle una declaración a la Dra. Torres para cerrar el caso. Por
cierto, ¿Cómo está ella?, preguntó
-Ella está muy bien,
muchas gracias, Si, puede venir a retirar los equipos si lo desea, con respecto
a la declaración, permítame preguntarle a ella si quiere declarar de una vez,
¿me espera en la línea un momento?
-Sí, claro
Arizona se asomo a la
habitación, pero se dio cuenta que Callie se estaba bañando, así que abrió la
puerta y se asomó para preguntarle acerca de la solicitud del policía. Callie
le contestó: -Sí, no hay problema, mientras más pronto salga de eso mejor, lo único
que me preocupa es que haya un juicio, de ser así tendré que declarar en un
tribunal. Bueno ya veremos, por favor, Arizona dile al policía que Si, que
puede venir a tomarme la declaración.
-Ok, le dijo Arizona,
quien retomó la llamada y le informó a Cooper acerca de la respuesta positiva
de Callie.
El oficial de policía le
dijo: -Perfecto, le parece en una hora
-Sí, está bien.
Callie salió del baño se
puso una franela y un mono deportivo. Arizona también se dio un baño rápido y
desayunaron. Una hora después, el timbre sonó. Arizona fue a abrir la puerta,
era el Sub-comisario Cooper.
-Buenos días Oficial, pase
adelante por favor
-Buenos días Dra. Robbins,
gracias
Arizona hizo las
presentaciones de rigor y los tres se sentaron en la sala, Arizona y Callie en
un sofá y Cooper en el otro. Arizona tomó de la mano a Callie, mientras el
oficial comenzó su entrevista:
-Dra. Torres, para empezar
quiero decirle que me alegro mucho que usted haya salido sana y salva de todo
esto…
.Muchas gracias Oficial,
le dijo Callie sonriendo
-Ok, quise pasar por aquí
para retirar los equipos que instalamos en el apartamento y tomarle su
declaración, es lo único que falta para cerrar el caso, no habrá juicio, porque
los tres hombres involucrados en el crimen están muertos
-¿Muertos?, preguntaron asombradas
las dos mujeres casi en coro.
-Sí, Robert Planton, el
hombre que la estaba apuntando con una pistola cuando llegó el helicóptero,
salió huyendo, hizo disparos hacia arriba y un francotirador desde el aire, le
disparó y lo mató de inmediato. Había un segundo hombre involucrado, Peter
Camel, quien salió huyendo en un vehículo, el helicóptero lo persiguió desde el
aire mientras dos patrullas los hacían por tierra, en su intento de huir, Camel
perdió el control del automovil, se estrelló contra un árbol y murió en el
acto. Así que mis preguntas van dirigidas al tercer hombre, se llamaba Alberto
Campos, a quien encontramos muerto de un disparo en la cabeza, atado a una
silla en el sótano, el mismo sótano donde la tenían a usted encadenada. Las
pruebas de balística ya confirmaron que el arma usada para matarlo era la misma
que tenía Robert Planton consigo cuando murió…
…Así que mi primera
pregunta es ¿usted llegó a ver a Alberto Campos alguna vez?. El oficial le pasó
a Callie una foto del hombre para identificarlo
-Sí, es él, él era mi
“carcelero”
-Ok. Segunda pregunta
¿tiene usted idea de cómo este hombre terminó muerto atado a una silla, en el
mismo sótano donde usted estuvo recluida?
Callie contestó: No se
cómo murió, cuando yo salí huyendo, el estaba atado a la silla pero estaba
vivo, y lo sé porque fui yo quien lo amarró a esa silla
Arizona se estremeció,
desde el día anterior ninguna de las dos habían hablado nada o casi nada de los
detalles. Cooper continuó:
-Me puede dar más detalles
¿qué pasó?, básicamente queremos saber ¿Cómo logró huir usted de la casa?, es
un tecnicismo pero, como le dije antes, necesitamos ciertos datos para poder
cerrar el caso.
Callie apretando un poco
la mano de Arizona, comenzó su relato:
-La segunda noche que
estuve en cautiverio, me inyecté en mi nalga derecha, un dispositivo de rastreo
satelital, cuando recordé que lo tenía en mis bolsillos y guardé los otros dos
que no usé junto con las jeringas, en el bolsillo trasero de mi pantalón. Sin
embargo, yo me había dado cuenta que estaba en un sótano y dudé que la señal
del dispositivo tuviera efecto desde allí, así que esa misma noche comencé a
tratar de elaborar un plan para escaparme, o por lo menos para subir por unos
minutos, con la esperanza de que el ustedes detectaran la señal del GPS…
Arizona tenía los ojos
fijos, escuchando con muchísima atención el relato de Callie, Cooper también
escuchaba:
…-La tercera noche
descubrí que el único eslabón débil desde mi tobillo hasta el centro de la
habitación era el perno que sujetaba la cadena, que estaba fuertemente fijado
al piso con 16 tornillos. Busque y busqué en toda la habitación y finalmente
encontré, debajo de la cama, que uno de
los listones de metal que sostenían el colchón estaba parcialmente suelto, así
que lo desprendí, para usarlo como destornillador…
-¡Que ingenioso!, dijo
Cooper
-Callie dijo, sonriendo:
-Esos bestias no contaban con mi profesión, me gano la vida atornillando y
desatornillando huesos. Arizona sonrió, mientras Callie prosiguió su relato:
-Bueno, el asunto no fue
fácil, los tornillos estaban muy apretados y mi destornillador improvisado era
un poco débil, me llevó tres noches sacar los 16 tornillos, sólo trabajaba en
la noche para evitar ser descubierta ya que era en el día, cuando este hombre
entraba a la habitación para limpiarla, para asear el baño o para darme la
comida, aunque a veces para eso no entraba, simplemente la pasaba a través de
una rejilla que estaba instalada en la puerta. En fin, el día 15 de agosto en
la mañana estaba lista para escapar, sólo tenía que esperar que el hombre
entrara a mi habitación para hacer la limpieza de la misma…
Callie interrumpió
brevemente su relato y dirigiéndose a Arizona, le dijo: -Amor, por favor, no te
alteres por lo que vas a escuchar ahora. Arizona, se asustó un poco, el policía
intervino y le preguntó a Callie si prefería continuar declarando sin la
presencia de la Dra. Robbins, pero Callie dijo sin dudar que no, que ella tenía
el derecho de escuchar todo, así que Arizona, agradecida por la muestra de
confianza de su esposa, le dijo:
-Gracias, tranquila,
habla, te estamos escuchando
-OK, dijo Callie y
continuó: -Ese hombre me miraba con ojos de deseo desde el principio…Arizona se
tensó un poco, Callie lo sintió en la ligera contracción de sus dedos,… -Cuando
él iba a limpiar la habitación tenía órdenes de atarme a una silla, así que ese
día mientras me ataba a la silla, fingí que él me interesaba, sexualmente
hablando quiero decir…otra contracción en los dedos de Arizona…-le dije que
quería tener sexo con él…nueva contracción, más fuerte esta vez…-el hombre se
puso nervioso y me desató, yo me paré y fingí que lo iba a besar y cuando él
cerró los ojos esperando el beso que nunca llegó, lo que recibió fue un
empujón, lo empujé tan fuerte que el hombre cayó y quedó aturdido con un golpe
en la cabeza…los dedos se Arizona se descomprimieron, obviamente su tensión
había disminuido, como si se hubiera esperado algo peor…-Así que aproveché que
el hombre estaba aturdido, lo até a la silla y salí corriendo por las escaleras
para huir de la casa.
Arizona estaba
absolutamente impresionada después de escuchar el relato de Callie, y comprobó
con orgullo, que efectivamente su esposa luchó desde el primer momento sin
descanso para escapar de sus captores, resultaba obvio que sólo alguien con el
espíritu de lucha y la valentía de Callie Torres podía estar allí sentada a su
lado, contándole a un policía como había logrado escapar en lugar de estar
muerta en una morgue. Arizona se estremeció ante el tétrico recuerdo de la
morgue. Sus pensamientos fueron confirmados por Cooper, quien intervino para
decirle a Callie:
-Muchas Gracias Dra.
Torres, eso es lo que queríamos saber, voy a retirar los equipos para
marcharme, pero antes, si me lo concede, permítame felicitarla, su valentía y
una dosis de buena suerte, no lo voy a negar, es la verdadera razón por la cual
usted, a diferencia de las otras tres víctimas desafortunadas, está contando
esta historia. Si alguna vez se cansa de atornillar y desatornillar huesos,
estoy seguro que usted sería una excelente policía, dijo bromeando, aunque era
cierto. Los tres se rieron.
Luego que Cooper se marchó
con los equipos que retiró del apartamento, Arizona abrazó a Callie y le dijo
en un tono pícaro:
-Así que policía? ¿Eh?. Yo
creo que te salvaron tres cosas: Tu valentía, la buena suerte y ser una belleza
sexy latina.
Callie sonrió y le dijo:
-No, sólo una cosa me salvó…
-¿Qué?, preguntó Arizona
Callie respondió:
-Tú, fuiste tú quien me
salvo: durante todo el tiempo que estuve cautiva, pensé en ti, te extrañaba
demasiado y cuando me imaginaba cuanto estabas sufriendo por mí, el deseo de
verte sonreír, feliz en mis brazos como ahora, fue lo que me motivó a no
rendirme, a seguir luchando hasta el final. Terminó diciendo Callie mientras en
sus ojos unas cuantas lágrimas de felicidad comenzaron a resbalar por sus
mejillas.
Arizona se emocionó, las
palabras sinceras de Callie la conmovieron y también con lágrimas de alegría en
sus ojos, levantó la cabeza para buscar el roce de sus labios con los de ella,
y se besaron mientras Callie la abrazaba con fuerza.
….
Ya casi era mediodía,
cuando el timbre del apartamento sonó de nuevo, Arizona miró por la mirilla de
la puerta y sonrió cuando vio a Sofía, a Carlos Torres y a Lucia Torres del
otro lado. Arizona abrió la puerta, saludó amablemente a los padres de Callie y
tomó a Sofía en sus brazos, dándole muchos besitos en la mejilla.
Callie estaba recostada en
su habitación leyendo un libro, salió de la misma para ver quien había tocado
el timbre y cuando vio a Sofía, hizo exactamente lo que Arizona había hecho
minutos antes, luego con Sofía cargada en sus brazos, saludó a sus padres.
El Sr. Torres le dijo a
Callie y Arizona que había pasado por un restaurant cercano y había comprado
comida para que almorzaran todos juntos antes de ir al aeropuerto de regreso a
Miami. Encantadas con la idea todos comieron y tuvieron conversaciones muy
agradables durante el almuerzo, fue una reunión muy amena.
Al terminar de almorzar,
el Sr. Torres le dijo a Callie que antes de irse quería asegurarse de que las
tres: Arizona, Callie y Sofía tuvieran inyectados sus nuevos chips GPS, que iba
a ir un momento a la tienda a retirarlos y regresaría en minutos para que se
los inyectaran. El Sr. Carlos, no aceptaría un no por respuesta, así que Callie
le dijo que sí, que ellas lo esperarían para colocarse los nuevos chips.
Cuando el Sr. Torres salió
del apartamento, la Sra. Lucia estaba sentada en el sofá, casi en el mismo
lugar donde unas horas antes se había sentado el sub-comisario Cooper. Ella
esperó que Callie y Arizona salieran de la habitación de Sofía a quien
acostaron en su camita para que durmiera su siesta. Cuando ambas salieron de la
habitación, riendo por alguna de las ocurrencias de Callie, la Sra. Lucia, les
hizo una seña para que por favor, se sentaran, ellas obedientes se sentaron en
su sillón, dispuestas a escuchar lo que la Sra. Lucia quería decirles. Esto fue
lo que dijo, tomando la mano de Callie en las suyas:
-Hija, cuando tú te ibas a
casar con Arizona yo te dije muchas cosas, entre ellas, dije que sentía mucha
pena porque después de criarte no iba a poder verte en el cielo.
Mientras Callie tragó
entero, recordando lo duro que fue ese momento para ella, la Sra. Lucia
continuó:
-Todo esto que ha pasado
me ha hecho reflexionar mucho y una de las cosas que más me puso a pensar fue
algo que vi aquí en este mismo apartamento mientras tú estabas secuestrada. Una
noche yo escuché a Arizona llorando en su habitación y lo que vi y escuche me
conmovió: Arizona estaba llorando con una crucifijo en la mano, estaba hablando
con Dios, suplicante, ella le dijo que si El todo lo sabía, entonces debería
saber cuánto ella te amaba a ti, le pidió que te trajera de vuelta y le dijo
que si El quería llevarse una vida, que se llevara la de ella, pero que te trajera
sana y salva…
Callie con lágrimas en los
ojos por la confesión de su madre, volteó a mirar a Arizona, no se sorprendió
al comprobar que ella también estuviera llorando y sin importarle la presencia
de su madre, Callie la tomó de la mano apretándola con fuerza. La Sra. Lucia
continuó:
…-Yo me di cuenta de
inmediato que las palabras de Arizona eran sinceras, que realmente, de corazón
estaba ofreciendo su vida a cambio de la tuya, y eso me impresionó. Es cierto
que la Biblia dice que lo de Sodoma y Gomorra fue una abominación y que los
hombres deben estar con mujeres, pero también es cierto que la misma Biblia
dice que Jesucristo una vez dijo que no hay prueba de amor más grande que estar
dispuesto a dar la vida por los seres que uno ama… y eso fue exactamente lo que
hizo Arizona cuando rezó por ti: ofreció sinceramente su vida a cambio de la
tuya…
Callie apretó aún con más
fuerza la mano de Arizona, las palabras de su madre cada vez llegaban más
profundo dentro de su alma, sintiendo en ese momento que su amor por Arizona
era infinito. La Sra. Lucia, continuó:
…-Todo eso me hizo
reorganizar en mi mente mis creencias, sigo estando en contra de este tipo de
relaciones en general, pero después de lo que vi y escuché, siento que no puedo
estar en contra de la relación de ustedes dos… porque un amor como ese, una
amor dispuesto a ese tipo de sacrificios… un amor así… no puede ser pecado.
Para el momento en que la
Sra. Lucia pronunció esas palabras, ya Callie no sólo tenía lágrimas en los
ojos, más bien estaba llorando a mares. Entonces, la madre de Callie se paró
del sofá, mientras seguía apretando con una de sus manos la mano de Callie, y con la otra, tomó la mano libre de Arizona, las atrajo hacia ella y cuando las dos mujeres
estaban paradas, agarradas de sus manos, la madre de Callie, le dijo:
-Quiero que sepan que
ustedes ahora tienen mi bendición, y con
lágrimas en los ojos las abrazó a ambas.
Aún abrazadas, Callie
apretó aún más a Arizona y en un susurro Callie le dijo a su madre:
-Gracias mami, te quiero
La Sra. Lucia, respondió:
-Yo también te quiero
Y Arizona para no quedarse
corta, agrego: -Yo también
Todas rieron y se sentaron
en el sofá a tomar una copa de vino para celebrar.
Arizona, gratamente
sorprendida, se sentía feliz por lo que acababa de suceder, ella sabía lo mucho
que le había dolido a Callie, la posición que había tomado su madre con
respecto a su matrimonio y a su nueva forma de vivir y viendo el brillo de
felicidad en los ojos de su esposa, no podía menos que sentirse inmensamente
feliz por ella. Finalmente, Arizona pensó que de toda esta tragedia, algo bueno
había salido. Lo que Arizona no sospechaba en ese momento, es que Callie tenía
en su mente, grandes planes, nuevos sueños, así que las cosas buenas que iban a
salir de esta tragedia, apenas estaban comenzando...
Esta historia continuará…
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